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Puesta en escena: La decoración en el cine y la televisión

La pantalla grande (y cada vez más la pantalla chica también) se viste con estilo y su decoración es igual de importante que sus protagonistas. Marca pauta, tiempo y define trama, es referente de diseño, moda y vitrina de marcas y obras de arte. Aquí expresan sus conocimientos creativos de todas las disciplinas.

Por. Andrea Benkö

¿Te has puesto a pensar cómo los directores creativos decoran el set del rodaje de un film? Una labor nada fácil, porque cada objeto elegido es una pieza que caracteriza a los personajes de cada historia. Para ejemplificar nuestro análisis nos vamos a centrar en tres películas del momento muy distintas: la última y aclamada obra de Pedro Almodóvar, Madres paralelas; la controvertida película basada en hechos reales, The House of Gucci y la entretenida, liviana y de gran vestuario, Bridgerton.

El estilo madrileño de Almodóvar

Madres paralelas es un film donde se conjuga magistralmente la composición cromática de colores con algunos elementos típicos de la ciudad de Madrid, moderna, clásica y tolerante. El estilo propio de su director se impregna en la decoración basada en tonos potentes, el siempre presente color rojo mezclado con piezas de arte y diseño que sobresalen entre los verdes y la tonalidad aguamarina de las paredes, así también destacan reconocidas marcas de objetos de uso diario.

La escalera de madera es típicamente madrileña, como las baldosas hidráulicas del piso (fabricadas en cemento pigmentado) y el estilo del clásico patio interior español con macetas de árboles frutales. Los altos techos con el balcón de tipo frailero, la chimenea de mármol en la sala y la cocina, que es escenario para la batería de cocina Le Creuset, los electrodomésticos retro de Smeg y las porcelanas portuguesas Vista Alegre, elegidos entre varios más por el director artístico vasco Antxón Gómez, quien trabaja hace años con Almodóvar en ambientar cada escena.

Para Gómez, resaltar los detalles en tecnología, como cámaras fotográficas y móviles, que se lucen como protagónicos en la película, muestra el reflejo de la vida moderna entrelazada en una misma imagen con el arte clásico, poniendo énfasis en detalles como la silla Cesca de Marcel Breuer, o la del primo del gran Le Corbusier, Pierre Jeanneret. 

La protagonista del film muestra la vida independiente y actual de alguien resuelto económicamente, con buen gusto en la elección de piezas de estilo. Así es como se divisan lámparas del reconocido Serge Mouille y de Achille Castiglione, considerado uno de los padres del diseño. Destaca también una lámpara del contemporáneo Michael Anastassiades

Las obras de arte y pinturas en los muros, que detalladamente fueron puestas en cada escena, muchas veces son por el mismo Almodóvar y pertenecen a su patrimonio personal, dándole el énfasis de la decoración potente que lo caracteriza.

El maximalismo de Gucci

The House of Gucci se define por una apuesta de lujo y sofisticación en su decoración. Aquí aparecen palacios italianos, departamentos modernos y clubes de moda de finales de los años 80 y comienzo de los 90. Los objetos elegidos son iconos de diseño porque el film trata de uno de los imperios de la moda y referentes en el mundo de la decoración.

Arthur Max, el destacado diseñador estadounidense, fue el encargado del diseño de esta gran producción, quien destacó el estilo de vida lujoso con una estética brillante en cada uno de los sets. Las piezas minimalistas de una de las escenas privilegian en la decoración el color blanco combinado con el cromado y cristales, con piezas icono como la silla Platner creada por Warren Knolly. En otra escena, contrapuesta a la anterior, pero también con el más puro glamour italiano, aparecen sillas de Mies van der Rohe puestas en la escena destacando el maximalismo característico de la casa de modas.

La impresionante residencia del siglo XVI decorada con el lujo clásico de Italia marca el tono del film, basado en la tónica de una familia poderosa que convive con el drama del crimen y el más alto estilo de vida de los ricos y famosos. La locación perfecta fue filmar en la Villa Balbiano, una de las mansiones más emblemáticas de la nación ubicada en el Lago Como, además del escondite alpino de la familia en Gressoney Saint Jean, en el noroeste del Valle Aosta, que limita con Suiza y Francia.

La diseñadora Letizia Santucci, tuvo la tarea de decorar los set de esta película y trabajó con archivos fotográficos de revistas, videos y fotos familiares para crear los magníficos espacios de opulencia y elegancia donde vivía y vive actualmente la familia Gucci

Se contraponen los estilos durante en el film, que pasa del  estilo rococó italiano al pop art del departamento ambientado en Nueva York, pura simpleza y modernismo basado en los trabajos de Warhol, Liechtenstein y Rauschenberg, que llaman la atención en los limpios muros blancos.

La opulencia y sofisticación de Bridgerton

La serie Bridgerton, opuesta en época, tiempo, estilo y ambientación a los dos filmes anteriores, se enfoca en el magnífico periodo de la Regencia en el Reino Unido, entre los años 1811 y 1820 y entre las épocas georgiana y la victoriana. 

La locación principal fue una de las ciudades más lindas de Inglaterra y que actualmente mejor representa esa época: Bath, donde sus edificaciones están construidas en piedra blanca, muchas de ellas por el renombrado arquitecto John Wood. El panel de fondo para la escenografía es el famoso Royal Crescent, el ejemplo más claro para relatar las novelas de Julia Quinn.

La decoración es protagonista clave en esta historia, aquí los muebles opulentos y sofisticados con colores intensos y llamativos conforman la escena en sí misma, los set son filmados en boudoirs donde los personajes también destacan por su vestuario al más puro estilo de principios del siglo XIX. El trabajo creativo estuvo a cargo de la diseñadora Emma Horn.

Colores celestes, rosas, verdes y amarillos se ven en la tapicería y cortinajes confeccionados en telas de raso y terciopelo, espejos de marco dorado, sillas de marquetería, camas con dosel y el clásico de la época, el papel pintado de damasco en los muros adornados con molduras blancas y doradas.

El diseñador de esta producción fue Will Hughes-Jones, quien ambientó los espacios externos en el emblemático Palacio de Hampton Court y los interiores fueron filmados en Lancaster House y Wilton House, para mostrar la majestuosidad y opulencia de Londres y de la elitista Bath. Los detalles que se visualizan son el tradicional tea time con tazas con el patrón Blue Regal Peacock de la marca Burleigh Pottery.

Si te gusta este estilo es un must que tengas en tu casa las copas de cristal para el champagne (o bueno… para el espumante) de la marca inglesa Royal Scot Crystal, que se venden en su tienda de Londres, pero también hacen despacho internacional.

Según algunos medios, después del estreno de esta serie aumentó el interés del público por decorar sus casas con algún toque que haga reminiscencia a la época, como muebles vintage comprados en ferias de las pulgas y anticuarios y papeles murales y telas de diseño vintage, que agregan calidez y carácter a los espacios. 

Sin duda estas tres obras son referentes del diseño, moda y decoración, y porqué no decirlo también, generan en nosotros los sueños de tener nuestra casa, nuestro hogar, igual o similar a cualquiera de ellos.

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