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Saint-Tropez y Brigitte Bardot, una historia indisoluble y encantadora

La actriz francesa, una de las primeras it girls de la historia, pasó los veranos de su infancia en este pequeño pueblo del sur de Francia, que finalmente se convirtió, gracias a ella, en un lugar deseado por todo el mundo, donde las celebridades se sienten en casa.

Por. Valentina De Aguirre

Es casi imposible pensar en Saint-Tropez, ese pequeño pueblo del sur de Francia que originalmente fue simplemente una caleta de pescadores, sin pensar en una de las actrices más icónicas del cine francés: Brigitte Bardot. ¿Por qué? Porque fue tras convertirse en el set de la película Y Dios creó a la mujer, protagonizada por la Bardot y dirigida por Roger Vadim en la década del 50, que el pequeño pueblo de pescadores se convirtió en el lugar favorito de las celebridades y una de las playas más populares de la Costa Azul, estatus que ostenta hasta hoy. Por sus playas han pasado personalidades del mundo entero que van desde Alain Delon, Jean Michel Jarre, Jane Birkin y Catherine Deneuve en la década de los 60, hasta Beyoncé, Angelina Jolie, Naomi Campbell y Kate Moss.

Pero la relación de la actriz francesa con Saint-Tropez –que fue clasificado como Monumento Histórico en 1995– partió mucho antes: fue en esas calles y playas donde Brigitte Bardot pasó la mayor parte de sus vacaciones cuando niña, en La Saravia, la casa de veraneo de sus padres, una acomodada familia francesa. Y de hecho es también en Saint-Tropez donde vive hasta el día de hoy. 

Y es que la actriz conocida por su largo pelo rubio, sus labios envidiables y una vida amorosa movida como pocas, encontró en este pequeño, encantador –y ahora solicitado– pueblo, su refugio. Tras retirarse de la actuación, cuando tenía menos de 40 años y casi 50 películas a su haber, se instaló en La Madrague, como se llama la casa que compró en 1958 en Saint-Tropez y que fue amor a primera vista. Cuentan que la casa fue escenario de las mejores fiestas del sur de Francia y es ahí también donde Gunter Sachs, su tercer marido, le lanzó una lluvia de pétalos de rosas desde un helicóptero. 

Desde que se retiró de la actuación, hace ya más de 40 años, Brigitte ha vivido lejos de los flashes y las alfombras rojas, pero siempre cerca del mar. En La Madrague ha dado rienda suelta a su amor y preocupación por los animales y hoy la casa pertenece a su fundación, dedicada a la defensa de los animales. 

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